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sábado, 24 de enero de 2015

Escribo

Si no escribo muero por dentro,
muere la tinta de mis temores,
y con ella la ilusión que no se cansa
de golpear a la puerta de mi quietud.
Si digo en palabras, me desnudo en papel,
desparramo mi alma sobre la mesa del hoy,
garabateo con mis dedos en el aire
para deslizarme lento y caer sobre mí.
Si abro despacio los ojos, el sol se infiltra
por mis ventanas y enrojece mi piel,
enciendo el fuego de mi conciencia,
me callo con las pupilas,
para sentir la calma de la introspección.
Para sentir lo que siento cuando escribo
y pierdo un poco lo sensato.
Disfruto el vuelo alto del águila de mis pensamientos,
por sobre lo cotidiano, se eleva un cielo claro de nubes grandes,
un oro redondo que salpica destellos de miel
y me vuelve dulce y pequeña.
Entonces todo se vuelve posible en la inmensidad,
de mis alas fuertes.
Si no escribo muero por dentro,
porque es en palabras que entiendo,
puedo ver otro mundo distinto en papel.

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