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sábado, 24 de enero de 2015

Escribo

Si no escribo muero por dentro,
muere la tinta de mis temores,
y con ella la ilusión que no se cansa
de golpear a la puerta de mi quietud.
Si digo en palabras, me desnudo en papel,
desparramo mi alma sobre la mesa del hoy,
garabateo con mis dedos en el aire
para deslizarme lento y caer sobre mí.
Si abro despacio los ojos, el sol se infiltra
por mis ventanas y enrojece mi piel,
enciendo el fuego de mi conciencia,
me callo con las pupilas,
para sentir la calma de la introspección.
Para sentir lo que siento cuando escribo
y pierdo un poco lo sensato.
Disfruto el vuelo alto del águila de mis pensamientos,
por sobre lo cotidiano, se eleva un cielo claro de nubes grandes,
un oro redondo que salpica destellos de miel
y me vuelve dulce y pequeña.
Entonces todo se vuelve posible en la inmensidad,
de mis alas fuertes.
Si no escribo muero por dentro,
porque es en palabras que entiendo,
puedo ver otro mundo distinto en papel.

lunes, 19 de enero de 2015

VECINOS EN ACCIÓN


Sur Capitalino
Edición Marzo 2014

La clase comienza y el salón de zócalos cuadrillé marrón y beige, del edificio ubicado frente a Parque Lezama, toma la forma de una calle atestada de gente que camina apurada. De repente, es la sala de urgencias de un hospital. Ahora, dos señoras comparten el mate de la tarde. ¿Los personajes? Son vecinos, que de día ofician de docentes, como el caso de Viviana, o psicólogos, como Eduardo, que trabaja en el Hospital Borda.

Pero basta con una propuesta a la imaginación, para que cada uno elija lo que quiere ser. La consigna es clara: “crear vidas ajenas, separarse de uno y dar rienda suelta a esas imágenes que a uno se le presentan”, como explica el director de teatro Héctor Cesana. Es que de eso se trata “Los de Al Lado”, el grupo que coordina desde hace dos años, y que funciona en la Asociación Civil Parque Lezama, en Martín García al 300. Con un elenco estable de seis vecinos de diferentes edades, día a día descubren juntos el arte del drama.
Cesana creó varios grupos de teatro barrial, y de sus 76 años, 70 los vivió dirigiendo y actuando en obras como “Mateo”, de Armando Discépolo y “La Nonna”, de Roberto Cossa. Además, participó en tres obras con el conjunto Catalinas Sur, del barrio de La Boca. Con el idealismo de un visionario, el hombre de mirada profunda sostiene que cada nuevo grupo es una “llamarada” que se enciende, y que “no es solo actor el que está en la avenida corrientes, sino también el que está en el barrio”.

Paralelamente, el bautismo de “Los de Al Lado”, remite a la propuesta de inclusión del taller. “En un mundo individualista hay una deuda con la gente, de darle la posibilidad de escuchar otro tipo de cosas”, resume Eduardo Pardinas, que además de actuar, se encarga de la puesta en escena. Para Francesca, una joven santafecina de 27 años que se mudó a la urbe porteña para estudiar teatro a nivel profesional, el sentimiento es el mismo: “uno siempre busca que todo lo que se transmita genere una toma de conciencia”.

Para la joven actriz, en

el mundo del teatro comunitario todo es más natural, porque “no existe la competencia”. Participar del taller es “divertirme, jugar, y acordarme de esa niña que era, a la que no le importaba nada más que inventar personajes”, cuenta Francesca.

Pero más allá del juego y de la improvisación, Cesana hace hincapié en el profesionalismo y en lo que cada uno puede aportar de sí: “uno acumula experiencias en una mochila que llevamos cada día, y la idea es sacar de esa mochila lo que uno vivió, y trabajar con eso”. Es el caso de Julia López, de 69 años: “Un día vine y ví que lloraban, gritaban, y dije bueno, acá me tengo que poner la bota y gritar yo también”. Algo así como la madre del grupo, Julia cuenta que “en las expresiones del jugar”, en realidad, representa gran parte de su experiencia de vida.

Si bien habían cerrado el 2012 con un radio teatro, y en julio del año pasado realizaron una muestra del taller, el gran salto de los actores de Lezama fue en diciembre, cuando presentaron en la asociación “La Fiaca”, una versión libre de la obra homónima del dramaturgo argentino Ricardo Talesnik. “Preparar la obra nos posicionó desde otro lugar, porque vimos el reflejo de nosotros mismos y nos sorprendimos de lo que pudimos lograr”, dice Viviana con orgullo, tras dos años de animarse a romper sus esquemas.
Por su parte, Miriam, quien además de conformar “Los de Al Lado” recibe a la gente que se acerca a la asociación, recuerda que el día del estreno no la reconocieron. “De repente era una actriz, no era la dirigente, y eso es lo que hemos logrado”, relata Cesana.
Con respecto a las obras, el director aclara que la búsqueda “no es llevar al vecino más drama”, sino representar obras que hablen de lo cotidiano desde otra mirada.

El grupo comenzará su actividad a partir de marzo, con ensayos los días miércoles de 18 a 20, y sin duda, cada vez serán más “Los de Al Lado”. Como resume Miriam: “somos todos vecinos: el público y nosotros, por eso sentimos que todos podemos si nos lo proponemos”.




LA CALESITA SOLIDARIA


Sur Capitalino
Edición Octubre 2014


Si hay algo que abunda en las calles de Barracas son las fábricas, las herramientas, las extensas jornadas laborales y el esfuerzo. Pero si a ese engranaje se le añade el valor agregado de la inclusión social, puede pasar algo similar a lo que ocurrió en la escuela Técnica Nº 10 Fray Luis Beltrán. Sin descanso y con un solo objetivo en común, alumnos y profesores le buscaron la vuelta para no dar tregua al individualismo e idearon una calesita para chicos con movilidad reducida que pronto estará a disposición de la comunidad.

 “Lágrimas y orgullo”, “felicidad”, “ver que nuestro proyecto se hizo realidad”, resumen los chicos de entre 16 y 18 años al imaginar el momento en que el juego de la sortija se encuentre instalado en cada plaza. Ese motor los impulsó a quedarse fuera de clase, a trabajar alrededor de once horas en el prototipo sin notarlo, y como cuenta Facundo Marrero, alumno de 4º año, a “pensar en tercera persona”, a creer que si alguien quiere realizar un proyecto, por más difícil que parezca “puede esforzarse y llevarlo a cabo”.

La calesita innovadora comenzó a girar en sus cabezas un año atrás, cuando los profesores de tecer año de mecánica les propusieron presentar un proyecto para la feria de ciencias bajo la premisa de pensar en el otro. “Empezamos con una lluvia de ideas, pensando en que había alguna que otra calesita para discapacitados en las que los tienen que subir con las sillas y hamacarlos, pero nosotros quisimos que el mismo chico se hamacara”, relata Johanna Cabrera, profesora del taller de mecánica. En ese sentido, su compañero Pedro Susino explica con entusiasmo que el objetivo es que el chico “se sienta bien y no se sienta atado, que esos diez o quince minutos el pibe sea otro”.
El prototipo estuvo a disposición de los vecinos y curiosos durante la Expo Beltrán, el 16 del mes pasado en Vieytes al 900 en las instalaciones de la escuela. Los nueve alumnos involucrados en llevar adelante el proyecto representaron al juego infantil como una plataforma circular a la altura del suelo, que funciona a través de un sistema de palanca para manos y pies. “Los chicos empujan la palanca y la calesita se impulsa y vuelve sola”, explica Johanna señalando la mini calesita que con lleva grandes promesas.

Según un relevo que realizó durante el 2013 el Servicio Nacional de Rehabilitación, solo en la provincia de Buenos Aires hay 17.115 personas menores de 15 años que posee algún tipo de capacidad diferente. El 12 % de ese total, lo representan aquellos con alguna discapacidad motora. En ese sentido, Johanna cuenta que como grupo buscan  “lograr la inclusión social, la motivación, la rehabilitación corporal, y por qué no, mental de los chicos”.

Fue durante la Bienal Biel + Light + Building, que tuvo lugar en La Rural el año pasado, que los integrantes del grupo “Calesa” pudieron mostrar su iniciativa frente al público de la industria a nivel internacional, entre otras exposiciones. Cada paso los llevó más cerca de su objetivo: construir la calesita en escala real.  Así fue como “el Rotary nos propuso hacer la calesita, y el proyecto está pensado para el año que viene”, cuenta Susino.

Tras ganar el quinto puesto en la feria regional Innova a principios del mes pasado, el próximo desafío se les presenta pisando fuerte: del 9 al 14 de noviembre competirán en la 48 Feria Nacional de Ciencias en el predio de Tecnópolis, con la posibilidad de ir más allá y concursar en el exterior a nivel internacional. Si bien las expectativas son enormes, para este grupo de emprendedores la victoria implica algo mucho más profundo: “Nosotros lo único que hacemos es abrir puertas, porque el verdadero ganador es el que va a usar la calesita, dice con énfasis Stefanía Martin, profesora de la parte teórica de la materia de mecánica. Destaca, además, la importancia que tiene el trabajo en conjunto como generador de valores positivos dentro del aula, al pensar que “esto no es ni para vos ni para mí, es para alguien que no tiene lo que vos y yo tenemos, entonces yo te valoro, vos me valorás a mí y yo valoro al otro”.

Quienes hicieron posible este proyecto
 Y ese sentimiento solidario es el que lograron transmitirle a sus alumnos. Al final de las jornadas de trabajo, María, Facundo, Valeria, Brian, Fernando, Sergio, María Eugenia, Román, Marcela, todos alumnos de entre 3º y 4º piensan un momento sobre qué significa ganar para ellos. Sergio dice sin mucha vuelta, “poner la calesita en un parque”. Todos concuerdan. Marcela piensa igual. Ganar es “pasar por una plaza y decir: en ese proyecto estuve yo”.