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jueves, 8 de junio de 2023

De eso no se habla

Sobre inclusión y acoso escolar.

Por Verónica Del Vecchio

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Es increíble que hoy en día haya tanta parafernalia alrededor de discutir si un niño es niña, Niño o Niñe, y sean miles los chicos que vuelven a su casa después de pasar cinco, seis, ocho horas dentro de una escuela, donde hablar de bullying y acoso escolar es decir lo innombrable. 

No se llama por su nombre a la burla, “son cosas de chicos”. 

No se problematiza la exclusión al que es más tranquilo y no se defiende. La respuesta es “no les des bolilla”. 

No se pone sobre la mesa los “gorda, cara de mono, cuatro ojos”, y la lista podría seguir como así también la crueldad. 

Porque de eso no se habla, y si de eso no se habla, eso no existe. 

Porque la escuela a veces se convierte en una cuadrilátero donde el público mudo son los docentes atados de manos para imponer alguna consecuencia, y los compañeros que callan por temor a ser la próxima víctima. 

¡Ay pero no será mucho! Los niños no son crueles….

El dolor que siente un niño, venga de quien venga, es un acto de crueldad que necesita ser corregido. 

No podemos despertarnos un día y alarmarnos porque un niño empezó con problemas de ansiedad, otro se quitó la vida y otro sufre anorexia sin primero escandalizarnos ante la burla. Sí, la burla inofensiva. ¿Es inofensiva?

Los papás ausentes que depositan a sus hijos para que la escuela los eduque y se lavan las manos descansando en el Estado.

Y es que para el Estado hablar de inclusión hoy se reduce a una brecha entre niños y niñas. 

Los niños deben dudar de todo lo que les han dicho que significa ser hombre y las niñas deben levantar su fuerza femenina en pie de guerra. 

La inclusión se come la diversidad con su E qué no resuelve nada y lo único que hace es unificar bajo una doctrina totalitaria que no da respuesta ante lo urgente y lo importante. 

Los papás que cuestionan son rebeldes, y hay que callarlos como sea. 

Los niños sensibles son estigmatizados de inadaptados. Los niños que sufren son revictimizados cada vez que su voz es ignorada; Cada vez que no hay sentimiento de justicia para un niño y una luz se apaga en él.

No nos asombremos entonces de vivir en un mundo cada vez más oscuro. 

Es tiempo de mantener la luz encendida. 

Y los ojos bien abiertos.